Luchar la Siembra

Vázquez lo dijo claramente, “acá, antes, teníamos una huerta.” Es la forma correcta con la que se plantean los desafíos lindos. Entonces se tomó la decisión de limpiar el fondo del Taller de tanto escombro y maleza. Con la paciencia enorme carpió la tierra, le sumó abono y trasplantó unos plantines de acelga. El sol impedía que las hojas se despegarán del suelo. No faltó él que pensó en el fracaso, demasiado pronto. Solamente faltaban unas tarde de riego.

Vázquez es de los primeros que llegó al barrio, conoce de tormentas que se llevan los “ranchos” y de volver a comenzar mil veces. También recuerda, siempre, las luchas que lo marcaron profundamente en sus épocas de obrero frigorífico. Esos esfuerzos, sumados a la constancia, harán que todo lo que vamos creando crezca.
Siempre invitamos a esta hermosa tarea.