Notas publicadas en "El Futuro es Nuestro" (Julio 2008), la revista que cuenta al barrio lo que estamos haciendo día a día.
Presentación
Queremos saludar a toda la comunidad y contarles quienes somos y qué hacemos. ¿Quiénes somos? Un grupo que un día se juntó, charló, imaginó un mundo un poquito mejor y puso manos a la obra. ¿Qué hacemos? Aportar nuestro granito de arena para que las cosas cambien, para que todos aprendamos a convivir, y sepamos aprovechar al máximo lo que sabemos hacer, por ejemplo coser, elaborar comidas, postres, dulces, construir una pileta, una casa, una vereda, ayudar a los chicos dándoles apoyo escolar, brindándoles un lugar donde puedan hacer las tareas, dibujar, pintar y expresarse.
Y como queremos que toda la comunidad se entere y vea lo que hacemos, decidimos hacer una prueba y editar una revista, nuestra propia revista, de todos y para todos.
Pertenecemos al Centro Popular de Desarrollo “Gral. Güemes”, que nació de “La Escuelita”. Pero no nos apuremos, ya les iremos contando todo, en las próximas ediciones.
Jóvenes y Adultos Terminando la Escuela Primaria
Llegamos a “La Escuelita”, los chicos están en clases, se ríen, se distraen, les gusta la idea de que les hagamos una entrevista, Chany (la profe del curso) da vía libre para que hagamos preguntas y saquemos fotos. Silvia (24 años) es la que empieza a contar, la que se anima primero: “quiero terminar la escuela porque quiero ser maestra jardinera, me gusta este método de estudio, ya que es cómodo y re lindo”. Martina (24 años) también quiere contar lo suyo: “quiero terminar la primaria para hacer el secundario y así dejar de trabajar en el servicio doméstico, acá estudiamos cómodos y me gusta mucho, tengo dos hijos y los traigo siempre, la profe es re buena y nos ayuda (...) Feli está siempre pendiente de nosotros, si tenemos un problema ella trata de solucionarlo. Anónimo (36 años) quien primero me dijo su nombre pero después me pidió que no lo ponga dice: “quiero terminar esto para empezar el secundario ya que hoy en día sin estudios no se consigue trabajo, me gusta venir acá, soy casado y tengo dos hijos.”
Francisco (16 años) cuenta: “estudio para ser alguien el día de mañana, para progresar y tener un buen trabajo, estudiar así está bueno, “la profe de 10”. Estudio también para trabajar de algo que a mí me guste”.
Anónimo (17 años) sonriendo dice, “estudio para conseguir un buen trabajo, no quisiera cartonear, dejé en noveno, hace dos años, cuando me enteré que en “La Escuelita” iba a haber para terminar la primaria me anoté, (...), la profe es paciente, explica bien y la entendemos”. Y llegó el turno de la profe, ella dice esto: “para mí no es nuevo este método, ya que antes hice algo así, en otro lado, al principio me costó adaptarme, porque “los chicos” no entendían que venían acá a estudiar, pero después de limar asperezas comenzamos a trabajar muy bien, estoy muy contenta con ellos, son muy trabajadores (se oyen risas) muy prolijos y me respetan”. “y la queremos!!” se escucha por ahí, ella se hace la dura y dice, “uh sí, me quieren!” Se ríen y todos saben que sí, se quieren, se nota, se percibe.
Agradecemos que nos hayan dejado entrevistarlos y salimos contentas del lugar, que lindo es ver adultos y adolescentes estudiando, compartiendo las galletitas y risas. Los dejamos seguir con sus tareas, ya vuelven a concentrarse, cerramos la puerta y ellos quedan con un problema de matemática por resolver.
Trabajadores que cuentas sus vivencias
Acá estamos, en casa de Rosa y Rubén, mate de por medio y entre carpetas para completar (del banquito) charlas y risas el flamante grupo, denominado “la rosa y los claveles” empiezan a contar su experiencia como trabajadores, ellos son el primer grupo mixto que se forma en el banquito.
Rosa comienza diciendo: “el microcrédito me ayudo a progresar, es mejor trabajar así, no bajo patrón”. Por su parte, Rubén nos cuenta: “me sirvió para comprar más herramientas, ahora estoy haciendo las ventanas para una casa, también hago rejas, portones y me va bien, además trabajo bajo dependencia en una recicladota”. José, (el más calladito del grupo) cuenta: “me fue de gran ayuda el microcrédito porque me pude comprar “el trompito” como se llama en el oficio a la máquina mezcladora, eso me alivia mucho el trabajo, ahora estoy trabajando en una casa, haciendo mejoras”. Y llega el turno de Ramón, “yo estoy esperando el nuevo crédito para comprar las herramientas que me faltan, por el momento estoy trabajando en el frigorífico del barrio”: y Víctor, (el más charlatán) nos cuenta: “Tengo una verdulería, con el nuevo crédito me voy a comprar una balanza nueva y más mercadería, siempre trabajé de esto, es lo que me gusta”. Y así terminamos la charla, mientras sigue circulando el mate exquisito que nos ceba Rosa, la pasamos muy bien mi compañera y yo en este ambiente familiar, nos despedimos hasta la próxima visita y dejamos atrás un grupo prometedor.
Una Visita Al Galpón
Este es el galpón, nuestra última adquisición, es amplio y cómodo, en este momento están trabajando para mejorarlo y dejarlo más lindo, acá le dan la leche a los chicos y próximamente funcionará una fábrica comunitaria.
Lisandro está muy orgulloso y le brillan los ojos cuando lo nombra. Fuerza compañeras y compañeros, juntos podemos.
Presentación
Queremos saludar a toda la comunidad y contarles quienes somos y qué hacemos. ¿Quiénes somos? Un grupo que un día se juntó, charló, imaginó un mundo un poquito mejor y puso manos a la obra. ¿Qué hacemos? Aportar nuestro granito de arena para que las cosas cambien, para que todos aprendamos a convivir, y sepamos aprovechar al máximo lo que sabemos hacer, por ejemplo coser, elaborar comidas, postres, dulces, construir una pileta, una casa, una vereda, ayudar a los chicos dándoles apoyo escolar, brindándoles un lugar donde puedan hacer las tareas, dibujar, pintar y expresarse.
Y como queremos que toda la comunidad se entere y vea lo que hacemos, decidimos hacer una prueba y editar una revista, nuestra propia revista, de todos y para todos.
Pertenecemos al Centro Popular de Desarrollo “Gral. Güemes”, que nació de “La Escuelita”. Pero no nos apuremos, ya les iremos contando todo, en las próximas ediciones.
Jóvenes y Adultos Terminando la Escuela Primaria
Llegamos a “La Escuelita”, los chicos están en clases, se ríen, se distraen, les gusta la idea de que les hagamos una entrevista, Chany (la profe del curso) da vía libre para que hagamos preguntas y saquemos fotos. Silvia (24 años) es la que empieza a contar, la que se anima primero: “quiero terminar la escuela porque quiero ser maestra jardinera, me gusta este método de estudio, ya que es cómodo y re lindo”. Martina (24 años) también quiere contar lo suyo: “quiero terminar la primaria para hacer el secundario y así dejar de trabajar en el servicio doméstico, acá estudiamos cómodos y me gusta mucho, tengo dos hijos y los traigo siempre, la profe es re buena y nos ayuda (...) Feli está siempre pendiente de nosotros, si tenemos un problema ella trata de solucionarlo. Anónimo (36 años) quien primero me dijo su nombre pero después me pidió que no lo ponga dice: “quiero terminar esto para empezar el secundario ya que hoy en día sin estudios no se consigue trabajo, me gusta venir acá, soy casado y tengo dos hijos.”
Francisco (16 años) cuenta: “estudio para ser alguien el día de mañana, para progresar y tener un buen trabajo, estudiar así está bueno, “la profe de 10”. Estudio también para trabajar de algo que a mí me guste”.
Anónimo (17 años) sonriendo dice, “estudio para conseguir un buen trabajo, no quisiera cartonear, dejé en noveno, hace dos años, cuando me enteré que en “La Escuelita” iba a haber para terminar la primaria me anoté, (...), la profe es paciente, explica bien y la entendemos”. Y llegó el turno de la profe, ella dice esto: “para mí no es nuevo este método, ya que antes hice algo así, en otro lado, al principio me costó adaptarme, porque “los chicos” no entendían que venían acá a estudiar, pero después de limar asperezas comenzamos a trabajar muy bien, estoy muy contenta con ellos, son muy trabajadores (se oyen risas) muy prolijos y me respetan”. “y la queremos!!” se escucha por ahí, ella se hace la dura y dice, “uh sí, me quieren!” Se ríen y todos saben que sí, se quieren, se nota, se percibe.
Agradecemos que nos hayan dejado entrevistarlos y salimos contentas del lugar, que lindo es ver adultos y adolescentes estudiando, compartiendo las galletitas y risas. Los dejamos seguir con sus tareas, ya vuelven a concentrarse, cerramos la puerta y ellos quedan con un problema de matemática por resolver.
Trabajadores que cuentas sus vivencias
Acá estamos, en casa de Rosa y Rubén, mate de por medio y entre carpetas para completar (del banquito) charlas y risas el flamante grupo, denominado “la rosa y los claveles” empiezan a contar su experiencia como trabajadores, ellos son el primer grupo mixto que se forma en el banquito.
Rosa comienza diciendo: “el microcrédito me ayudo a progresar, es mejor trabajar así, no bajo patrón”. Por su parte, Rubén nos cuenta: “me sirvió para comprar más herramientas, ahora estoy haciendo las ventanas para una casa, también hago rejas, portones y me va bien, además trabajo bajo dependencia en una recicladota”. José, (el más calladito del grupo) cuenta: “me fue de gran ayuda el microcrédito porque me pude comprar “el trompito” como se llama en el oficio a la máquina mezcladora, eso me alivia mucho el trabajo, ahora estoy trabajando en una casa, haciendo mejoras”. Y llega el turno de Ramón, “yo estoy esperando el nuevo crédito para comprar las herramientas que me faltan, por el momento estoy trabajando en el frigorífico del barrio”: y Víctor, (el más charlatán) nos cuenta: “Tengo una verdulería, con el nuevo crédito me voy a comprar una balanza nueva y más mercadería, siempre trabajé de esto, es lo que me gusta”. Y así terminamos la charla, mientras sigue circulando el mate exquisito que nos ceba Rosa, la pasamos muy bien mi compañera y yo en este ambiente familiar, nos despedimos hasta la próxima visita y dejamos atrás un grupo prometedor.
Una Visita Al Galpón
Este es el galpón, nuestra última adquisición, es amplio y cómodo, en este momento están trabajando para mejorarlo y dejarlo más lindo, acá le dan la leche a los chicos y próximamente funcionará una fábrica comunitaria.
Lisandro está muy orgulloso y le brillan los ojos cuando lo nombra. Fuerza compañeras y compañeros, juntos podemos.
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